ⓒ 2004 WATV

El 15to. tifón Megi, que golpeó la península de Corea el 18 de agosto, causó fuertes daños en las zonas del sur de Corea. Por causa de las copiosas lluvias de 100 a 300 mm por hora, los ríos se desbordaron por sus orillas, las tierras de cultivo y las casas se inundaron, y muchos fueron víctimas de las inundaciones Los miembros de la Iglesia de Dios fueron a la zona más seriamente dañada e hicieron la obra de restauración el 22 de agosto, conforme a las palabras de Dios: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.


Asociación para las áreas del sur de Gwangju

Una vez recibida la seria noticia desde la provincia de Jeolla Sur, los miembros de la iglesia de la Asociación para las áreas del sur de Gwangju, se apresuraron en ir a la zona afectada el 22 de agosto.

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Muy temprano en la mañana, unas 20 señoras abastecieron de alimentos a cerca de 70 víctimas que perdieron el sustento y estaban refugiadas cerca de una escuela primaria. Parecían recobrar las fuerzas por la inesperada ayuda.

A las 9 a.m., cerca de 200 miembros comenzaron a recubrir los invernaderos de plástico para flores que estaban dañados. Debido a las torrenciales lluvias, el río Geukrak se desbordó cerca de un complejo floricultural. El daño era enorme. La tierra de cultivo de flores se llenó de barro. Todo estaba mojado, roto y destrozado.

Los miembros de los señores que podían manejar máquinas ayudaron al trabajo de recuperación en el paisaje de la fábrica de arquitectura. Park Bu-dong, el director de una fábrica, dijo: “Estamos sumamente angustiados incluso mentalmente. Pero hoy estamos más animados y consolados por ustedes. Muchas gracias”.


Asociación del Norte de Gwangju

Los miembros de la Asociación del Norte de Gwangju también se dedicaron a reconstruir una orilla en Wunjeon-dong, Buk-gu, Gwangju, y recuperar los invernaderos de plástico de Dogok-myeon, Hwasun-gun, Provincia de Jeonnam.

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Los invernaderos de plástico se inundaron hasta la altura de un hombre; no solo los vegetales sino también los equipos de alta tecnología resultaron dañados. En particular, los invernaderos de pimentón (un tipo de pimiento) que abarcan 8910 m2, resultaron seriamente dañados por estar delicadamente automatizados. Los pimentones iban a ser exportados a Japón. Pero todo resultó en vano y los agricultores perdieron las esperanzas.

Fue muy difícil recuperar los invernaderos porque todo se hizo pesado, estando mojado y enlodado; y la ropa y los zapatos de los voluntarios se mancharon rápidamente. Pero mantuvieron las sonrisas pensando en ser de ayuda para el prójimo, y agradecieron a Dios por darles una oportunidad de practicar su voluntad.

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Los rostros de los agricultores estaban brillando por el sincero trabajo de los voluntarios. Ellos expresaron su aprecio, y los funcionarios de la provincia vinieron al lugar y también les agradecieron.


Asociación de Jeonnam

El mismo día, los 150 voluntarios de la Asociación de Jeonnam realizaron la labor de recuperación del invernadero de vegetales en Naju. Esta área suministra diversas clases de vegetales a casi todos los habitantes de la provincia de Jeonnam. El daño fue severo y los agricultores estaban profundamente dolidos.

En los invernaderos, estaban apiladas las cajas húmedas que no contenían vegetales; todos los vegetales como pimientos verdes, puerros, tomates y varios tipos de hierbas perdieron su forma, y la basura emitía un olor desagradable.

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Pero no solo los invernaderos de plástico, sino también las casas residenciales resultaron dañadas. Por la inundación, todos los pisos estaban cubiertos de lodo; el tapiz de las paredes estaba rasgado, y los electrodomésticos no funcionaban. Los voluntarios ordenaron los invernaderos y las granjas, y también lavaron platos, ropas y frazadas. Sonreían aunque el trabajo era difícil, diciendo: “Damos gracias a Dios porque podemos sentir su amor profundamente a través de este tipo de trabajo voluntario”.

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Los campesinos no dejaban de expresar su aprecio a los voluntarios por haber trabajado más duro que ellos mismos. Después de compartir el almuerzo que ellos mismos prepararon, continuaron con la obra. Por la tarde, los granjeros se unieron a los voluntarios con un solo corazón (por la mañana solo observaron el trabajo de los voluntarios).

No solo en este año, sino también el año pasado y el antepasado, los miembros de la Iglesia de Dios ayudaron a las víctimas del tifón y compartieron su dolor con todo su corazón. Ellos amarán a su prójimo hasta que todas las personas del mundo sean felices.